¿Tu forma de coger el volante pone en riesgo tu seguridad?

Aprender a coger el volante correctamente no entraña grandes dificultades. Es una de las primera lecciones de la autoescuela: manos a las 10 y 10. No obstante, la costumbre y las manías pueden hacer que adoptemos vicios posturales. La manera de coger el volante, por nimia que parezca, pone en riesgo la seguridad de nuestra conducción. Además, también puede ocasionarnos un buen disgusto para nuestro bolsillo.

tasar coche gratisEl Reglamento General de Circulación lo establece bien claro: el conductor debe mantener una posición adecuada en marcha. Lo cual incluye, por supuesto, la manera de coger el volante. ¡Cuidado con las manos! Si los agentes detectan los fallos que explicaremos a continuación podría llegarte una buena multa. Conducir como un profesional no es tan complicado.

La manera que en que agarramos el volante de nuestro coche es esencial para evitar posibles accidentes. La Dirección General de Tráfico (DGT) indica que la única posición reglamentaria es poner las manos a las 10 y 10 si imaginásemos que el volante es un reloj analógico. Asimismo, indican que los brazos han de estar flexionados. Sin embargo, también acepta las 9 y cuarto como postura correcta.

¿Por qué coger el volante a las 10 y 10?

La razón que se esconde tras esta decisión no es arbitraria. Si se enseña así en las autoescuelas es porque se trata de la posición idónea para hacer un giro. De este modo, el giro se ejecuta de forma eficaz e instantánea. Las manos han de cambiar la dirección sin chocar al cruzarse.

Por otro lado, tener los brazos flexionados es una forma de minimizar las lesiones en caso de choque. Esto es debido a que los vicios posturales de tensión en los brazos no solo no aminoran el impacto, sino que pueden llegar a causar su fractura.

Pero somos humanos. Y ello implica que por muy claras que estén las normas, a veces, al pasar tantas horas al volante los vicios posturales se adquieren inconscientemente. Por ese motivo vamos a esclarecer cuáles son las maneras más viciadas de coger el volante. Así podrás identificarlas y corregirlas antes de recibir una sanción.

El problema de las siguientes formas de coger el volante es que impiden la reacción adecuada ante imprevistos. A veces, incluso estos vicios posturales tienen una denominación popular propia que define a los conductores que los presentan.

Dime cómo coges el volante y te diré qué tipo de conductor eres

El relajado

El relajado coge el volante con las dos manos en la parte inferior. Normalmente esta postura se da entre conductores que llevan trayectos rutinarios. En general, en autopistas o autovías sin complicaciones y con velocidades constantes.

El intenso

En este caso, el conductor coloca las manos prácticamente juntas en la parte más alta del volante. Con ello, la postura queda inclinada hacia delante separando la espalda del asiento. Sus consecuencias son nefastas para la visión y reacción en carretera.coger el volante

El friegaplatos

El cine nos ha traído este vicio postural en numerosas ocasiones. Los conductores más temerarios de la saga Fast & Furios llevan esta postura tan chula. Consiste en que el movimiento de giro del volante se efectúa con la palma de la mano. El peligro de esta especie de DJ del volante es que no existe una verdadera sujeción. El volante puede resbalarse de entre sus manos en cualquier momento.

El piloto

Tanto ver las carreras de Fórmula 1 pasa factura. El conductor piloto es aquel que agarra el volante como si se le fuera la vida en ello. Toma cada curva inclinando su cuerpo para supuestamente hacer contrapeso. Pero el coche, obviamente, no necesita de estas artimañas y lo único que se obtiene es una reducción de la visibilidad.

El palancas

Clásico donde los haya. El deportivo conduce con una mano en el volante y la otra en la palanca de cambios. Este es uno de los vicios posturales más extendidos. Su uso puede deberse a la conducción deportiva, por la frecuencia de los cambios de marcha, o quizá a una falta de confianza que necesita de un “agarre”.

El ventanilla

Este conductor viaja siempre con una mano fuera de la ventanilla. Solo coge el volante con una mano con los riesgos que ello conlleva. La falta de maniobrabilidad y la reducción de reacción frente a imprevistos son más que evidente.

El motorista

Aprendamos a diferenciar la moto del coche. Aún hay algunos conductores que ponen las manos por los radios del volante. De este modo, se imita el modo de conducción del manillar. Ante el movimiento de giro sus manos han de cambiar de posición. Por tanto, igualmente pierden capacidad de reacción. Además, en caso de accidente el airbag saltaría en sus manos y las empujaría hacia su cara.

Fuentes: El País Motor.