Imagina que después de un largo día de trabajo, de una mañana de reuniones o de unos encargos muy estresantes, llegas al coche para volver a casa y la temperatura que hace dentro es una pesadilla y prácticamente cuesta respirar dentro de él. Lo único que piensas es bajar las ventanillas hasta el final y poner el aire en -2ºC.

Estamos en verano y aunque se intente aparcar en cualquier lugar con sombra, los rayos de sol traspasan y generan un calor insoportable dentro del vehículo. En ese momento, lo único que se quiere es descansar y volver al hogar lo más cómodo posible.

Sin embargo, ya no solo en el trabajo sino, por ejemplo, después de una mañana de playa o piscina, hay que colocar a los niños correctamente en sus asientos para volver a casa. Mucho calor en el coche, todos sudando y con muchos juguetes y mochilas encima. El coche ardiendo. Una pesadilla de fuego que queremos evitar, encendiendo el aire acondicionado y bajando las ventanillas para poder tomar algo de aire.

El COCHE más FRESCO del VERANO

A continuación, llega nuestro consejo. El camino más rápido para evitar que esa situación pueda superar al usuario y a sus acompañantes. De esta manera, ofrecemos una serie de consejos para que la pesadilla de la  temperatura del vehículo se vea disminuida de manera rápida y coherente. Bien, para evitar entrar en el coche a temperaturas tan elevadas y para no estropear ni forzar uno de los mejores inventos del hombre, el aire acondicionado, contamos con una forma muy simple que es capaz de reducir la temperatura hasta en 8ºC en menos de un minuto.

Con esto se pretende conseguir que el aire caliente salga del coche, y que el exterior entre, aunque este último sea también caliente. Sin embargo, siempre se puede considerar más puro y fresco.

En primer lugar, tendremos que bajar una de las ventanillas delanteras del coche, de manera preferible la que mira hacia la carretera, y rápidamente ir hacia la puerta contraria para generar una vía de ventilación, que sirva de abanico con el viento.

Tendremos que abrir y cerrar la puerta, velozmente, unas cinco veces. Todo esto sin dar ningún portazo, pero sí deprisa para mover rápido el aire de dentro hacia fuera (por la ventanilla) y para que cuando abramos, exista un camino de ventilación que genere una absorción del aire exterior hacia el interior del coche, por medio de la ventanilla abierta.

Tras este proceso, se busca algo más de ángulo con la puerta y se realiza el mismo movimiento, pero esta vez más lento. De este modo se sigue consiguiendo el mismo efecto de cambio de aire del interior por aire del exterior y, en menos de un minuto, habremos conseguido bajar la temperatura del coche casi 8ºC.

Es el momento para entrar en el coche y tener una sensación de mayor frescor, para que el aire acondicionado se encargue del resto.  ¡Adiós pesadilla!

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