Aunque muchas veces se tome demasiado a la ligera, la conducción requiere un alto nivel de concentración. Por eso, es necesario que, cuando nos metamos en el coche, estemos en perfectas condiciones físicas y mentales. La ingesta de medicamentos influye de manera decisiva a nuestras condiciones para conducir.

La mayoría de medicamentos tienen efectos contrarios a la práctica del transporte. El prospecto detalla los inconvenientes para las diferentes tareas del día a día, además de las dosis a partir de las cuales imposibilita la capacidad de ponerse al volante.

Así nos afectan los medicamentos

Existe un gran abanico de fármacos que pueden afectar de manera muy diferente a nuestro organismo. En función de la dolencia que nos esté afectando en ese momento, los medicamentos que tomemos nos pueden generar unos efectos que repercutirían en nuestra forma de conducir:

  1. Los analgésicos, que combaten el dolor muscular, nos pueden provocar sueño, euforia o mareos.
  2. Los antihistamínicos, enfocados a paliar el resfriado y la tos, producen sueño o insomnio, ansiedad y visión borrosa.
  3. Los ansiolíticos, que buscan elimnar la ansiedad, nos pueden generar sueño o alteración en la coordinación.
  4. Los vasodilatadores, que ayudan a regular la tensión, pueden llegar a provocar mareo e hipotensión.

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Todos estos son efectos muy peligrosos que afectan de manera decisiva a nuestra forma de interpretar la conducción. Por eso, es fundamental que nos informemos previamente a través de expertos o de las advertencias de prospecto, evitando siempre cualquier mezcla con otros medicamentos o con alcohol.

Su efecto en los controles anti-droga

El peligro de estos medicamentos no se presenta únicamente en los efectos que nos pueden provocar, sino que también puede llegar a repercutir en un hipotético control de la policía. Estos controles están destinados a detectar sustancias como anfetaminas, opiáceos o metadona, pero los fármacos pueden contener algún componente similar que puede provocar lo que se conoce como un falso positivo.

Medicamentos como el ibuprofeno, el naproxeno o la difenhidramina (presente en el Bisolvon) han sido objeto de falsos positivos en test de drogas. En el caso que se dé este positivo, la receta firmada por el facultativo correspondiente es lo único que nos puede salvar de la multa, que puede ascender hasta los 1.000 euros y retirada de seis puntos en el carnet en función de la gravedad de la infracción.

La recomendación de los expertos

Para conocer la opinión de un especialista, nos pusimos en contacto con Ana María Parra, titular de la Farmacia Instituto en Alcalá de Guadaira (Sevilla), que también nos advirtió de los peligros de la unión de conducción y consumo de medicamentos: “Depende del medicamento, sí afecta de manera decisiva. Normalmente, advertimos de estos peligros tanto los médicos que prescriben dicho fármaco como nosotros, pero también viene señalizado en cada prospecto“.

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“Los síntomas más frecuentes que se suelen presentar cuando un conductor toma uno de estos medicamentos son la falta de reflejos o el sueño. En fármacos para combatir la alergia o el resfriado son muy habituales. Los usuarios son conscientes de los efectos que provocan medicamentos tan usuales como el frenadol“, añadió.

Por eso, cada vez que tengamos que consumir algún tipo de medicamento tenemos que ser conscientes de lo que consumimos. Hay que informarse previamente a través de un experto para conocer cuáles son nuestras limitaciones bajo los efectos del fármaco. Un ejercicio de responsabilidad que puede salvar muchas vidas cada año.

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