Thorsten Pannek consiguió unir sus dos pasiones en una: ofrecer una nueva versión de la gastronomía berlinesa y una furgoneta Mercedes-Benz 380 D. Así nace “Pannek seine Budike” (algo así como “La tasca de Pannek”), un concepto renovador de la comida tradicional de Berlín desde una ‘foodtruck’.

Este berlinés decidió poner en marcha un negocio innovador en esta furgoneta clásica donde crear sus invenciones culinarias, pero siempre basadas en productos e ingredientes locales.

Un entusiasmo inimitable por la gastronomía berlinesa

En Berlín, hay más gastronomía que currywurst y kebab. Por eso, Thorsten creó este nuevo concepto para que los visitantes que llegaran a esta ciudad alemana pudiesen disfrutar de los deliciosos productos de la zona con platos reinventados como el sándwich de codillo de cerdo o el sándwich de pepinillos del Spreewald.

“¡Desde el principio hasta hoy, nunca tuve ninguna duda! Naturalmente hubo contratiempos; trabajando como empresario independiente es inevitable que vayas a sufrir algunos retrocesos. ¡Pero yo creo en mi concepto!”, reconoce Thorsten, que admite que le ha ayudado mucho el gran apoyo recibido por sus amigos y familiares. “La ilusión que les hace mi comida y su apreciación por el “camión de codillo de cerdo“ me animan muchísimo. ¡Comprendes de que todos tus esfuerzos y todo el sudor han merecido la pena!”.

Mercedes-Benz 308 D

La gran acogida de estos platos animó a este berlinés a llevar más lejos sus creaciones, participando en festivales y mercadillos de comida callejera, donde suscitaba considerable interés.  “Han traído su sencilla comida callejera a Alemania, enriqueciéndola con su pasión y su orgullo nacional. Simplemente querían mostrar qué fantásticos son los sabores de sus países de origen. ¡Es por ello que han dejado alucinados a sus invitados! No se come porque se está hambriento. Se come porque se quiere descubrir algo y embarcar en una aventura, por así decirlo.”

Mercedes-Benz 308 D

Su Mercedes-Benz 308 D, pieza clave de su negocio

Para poner en marcha este negocio, tenía claro que necesitaba un vehículo que se adecuara a su concepto de vehículo para su foodtruck. Por eso, escogió este Mercedes-Benz 308 D de 1992 que encontró en Rostock: “¿La razón por la que he optado por un vehículo viejo? Es la simbiosis perfecta entra la vieja ‘gastronomía de Berlín’ y un nuevo modo de interpretarla, al igual que mi comida”.

Mercedes-Benz 308 D

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