Tu velocímetro te miente, pero es por tu bien.

¡Sí, has leído bien, el velocímetro miente! Pero calma, tranquilo. No te sientas estafado ni engañado por tu coche. Que es por tu bien y por la seguridad de todos los que conducimos.  Es un engaño legal, como medida de protección y cuidado.

No es un error de fábrica, ni tampoco un error inconsciente. Es un error obligatorio y legalmente establecido, por las normas legales que nos protegen y nos cuidan.

Y ¿Por qué se permite que nos mientan?

La clave está en pensar que nuestro coche nos cuida y se hace por precaución, protección y seguridad en la conducción, por y para todos, los que circulamos con nuestros coches. Seamos conscientes, que este supuesto engaño es una seguridad para todos.

Tanto fabricantes como organismos supranacionales, decidieron que los velocímetros de nuestros coches debían tener un error inducido. Es más, por ley, está prohibido que  ningún velocímetro pueda indicar una velocidad inferior a la real. Pero, no lo contrario.

Esta acción, también nos protege de algo que nos preocupa a la mayoría de los conductores. Como son los radares, los controles de velocidad, las multas correspondientes. Por esta medida,  y gracias a ella, no nos podrán multar por ir a una velocidad más elevada de la que pensábamos que estábamos yendo. Pero ¡cuidado! No te confíes.

El engaño de los velocímetros se suma a la causa de cuidarnos y protegernos, junto a los  radares, controles de velocidad y las multas por exceso de velocidad, para prevenir los accidentes por exceso de velocidad.

¿Cuál es el margen de error de mi velocímetro?

El margen de error del coche está legalmente establecido en diferentes normativas internacionales, por marcas de fabricación. Es más, las marcas japonesas y estadounidenses se adscriben al estándar SAE J1226. Este estándar permite un error del 4%.

En los coches  vendidos en la Unión Europea, se exige una conformidad con la norma UN ECE. En la cual, se exige que la velocidad real nunca sea inferior a la anunciada por el velocímetro en su límite inferior.

Es decir, por ley, ningún velocímetro puede marcar una velocidad que sea menor a la que estamos circulando realmente. Es por ello, que a los fabricantes les conviene aumentar las cifras y no lo contrario.

¡Ojo! Aunque ahora sepas la verdad y que tu velocímetro te engaña (por tu bien, y por el de todos). Recuerda, que es por tu seguridad y por tu bien, no te confíes y pises más el acelerador de la cuenta.