El mundo de los niños es tan diverso como el trayecto de un coche. Por ello, la combinación entre ambos debe ser un camino óptimo para disfrutar en todos sus sentidos del próximo viaje con tus hijos.
Es difícil entender la mentalidad de un pequeño, ya que todo dependerá del tipo de gustos que tenga. Sin embargo, todos coinciden en lo mismo durante un viaje largo: ¿Cuánto queda para llegar? Esta es la pregunta más temida por cualquier conductor.
Con ella, se puede convertir un precioso comienzo de unas vacaciones en familia o en una escapada con los niños, en una situación de estrés y descontrol que puede desesperar a la persona que conduzca y convertir el momento en una pesadilla.
Tus hijos jamás olvidarán este viaje
Ahora os explicamos algunos trucos para conseguir la destreza de poder convertir en únicos, todos los viajes con los pequeños.
Todo comienzo se basa en una organización, por lo que es fundamental e indispensable planificar el viaje completo. Un niño tiene unas necesidades diferentes de los adultos, tales como comer, hidratarse, poder moverse o respirar aire fresco. Un aspecto a considerar en este primer punto es la elección de una vía adecuada, ya que no es igual circular por carretera que por autopista.
Otro aspecto a valorar, es la comodidad dentro del coche. Así debemos mantener la temperatura adecuada dentro del coche, intentar que las sillas elevadoras y cinturones no presionen ni molesten, e incluso elegir el tipo de ropa es un elemento fundamental. Es recomendable, para esto último, aquellas prendas que son transpirables.
Es esencial durante el trayecto que te asegures de llevar botellas de agua, al ser posibles con diseños atractivos que motiven al pequeño a beber con frecuencia. No son recomendables las bebidas con gas, como los refrescos.
En cuanto a alimentos, se recomienda que coman comida ligera, y en cantidades pequeñas. De esta manera, se disminuye el riesgo de mareo, evitando, además, posibles dolores de barriga.
Una recomendación excelente para evitar las insolaciones y la molestia del sol en el cristal, es el uso de parasoles con dibujos y elementos divertidos que permitan que el niño disfrute de su viaje junto a sus personajes favoritos.
Necesidades biológicas satisfechas. Ahora llega la hora de la verdad: el aburrimiento. Para ello, existe la imaginación y el apasionante mundo de los juegos. Así se conseguirá que el niño tenga una actitud participativa durante el camino y fomentará su entretenimiento. De estos, existen una gran cantidad, tales como cantar canciones juntos, buscar matrículas o coches de algunas marcas…etc.
En general, un viaje es cosa de dos. El copiloto, como en todas las situaciones, juega un papel fundamental. Este reto, es tarea de ambos. Si viajas solo, vuelve de nuevo al primer paso: planifica.
Adelante, a divertirse. Llega la hora de las vacaciones.
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